Anteriormente, las disputas corporativas, en particular las reclamaciones por opresión y mala gestión, eran resueltas exclusivamente por tribunales establecidos por el estado. Sin embargo, a medida que el arbitraje ganó fuerza como medio preferente de solución de controversias, el Tribunal Nacional de Derecho de Sociedades se ha encontrado cada vez más con cláusulas arbitrales en los pactos de accionistas que remiten las controversias derivadas del pacto de accionistas a arbitraje. Como demostrará este artículo, la intersección del arbitraje con los reclamos por opresión y mala gestión trae consigo su propio conjunto de dificultades. A la luz de esto, este artículo busca dar una idea de los temas relevantes que surgen cuando los mundos corporativo y de arbitraje chocan. Con ese fin, criticará la posición judicial actual basada en Rakesh Malhotra v. Rajinder Kumar Malhotra, que establece una prohibición general sobre el arbitraje de todos los reclamos de opresión y mala gestión, a través de una perspectiva de “economía de costos de transacción”, y en su lugar recomienda un enfoque fáctico basado en la jurisprudencia de Singapur sobre la arbitrabilidad de dichas reclamaciones.